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S.O.S mi hijo tiene Problemas de Comportamiento

Actualizado: 18 abr 2021

En repetidas ocasiones nos encontramos con padres y madres completamente desbordados, fatigados, cansados​​... para la lucha constante que significa el comportamiento de su hijo / a.


Necesitan orientación para aplicar o de cambiar las normas en casa. Por ello, con este artículo, queremos ampliar, de forma muy general y sencilla, cuatro pautas que esperamos que ayuden en la aventura de educar a sus hijos.


Cuando hablamos de normas estamos hablando de convivencia, de poner límites, pero también hablamos de hábitos y de cómo aprenden e interiorizan las rutinas diarias. Es muy importante ser constantes en el establecimiento de estas normas relacionadas con los hábitos y rutinas diarias ( hora de ir a dormir, cuánto tiempo ver la tv, etc ) pues si los niños / as las tienen claras, les será más fácil realizar. Pero si lo que queremos es que tengan claras unas normas de convivencia básicas, como puede ser el pedir si por favor, dar las gracias, etc, Será imprescindible que practicamos con el ejemplo. De poco sirve que los hacemos pedir las cosas si por favor pero que nosotros después ellos no se lo pedimos (porque ya somos mayores y lo tenemos aprendido ...). No podemos perder de vista nunca que somos los modelos de comportamiento de los pequeños de la casa y que, lo que observen que hacemos en casa y fuera de ella, será posiblemente, lo que ellos hagan.


En cuando al establecimiento de los límites, somos los adultos quienes los deben fijar. Nunca, en ningún caso, ellos marcarán las normas de convivencia ni el funcionamiento de las rutinas. Si bien, según la edad del niño / a es bueno consensuar algunas normas y que ellos contribuyan a poner sus consecuencias. Ya que los hará partícipes y apoderará de sus comportamientos (no harán o dejarán de hacer para que se les ha mandado, si no porque ellos / as se han comprometido directamente).


Para que las normas y límites tengan validez y se reproduzcan como esperamos debemos tener en cuenta lo siguiente:


- Que sean claras y sencillas. Dar demasiado instrucciones puede hacer que la mitad no las entiendan o que sientan que los están "mandando y corrigiendo" constantemente. No será efectivo.


- Que sean coherentes y adaptadas a la edad del niño / a. Si pedimos de más o de menos, podemos contribuir a generar inseguridades en nuestro hijo / a.


- Estas normas las tenemos que seguir TODOS los de casa. Recordemos que somos el ejemplo a seguir y que ellos / as reproducirán lo vean que hacemos.


- Otro punto que pienso que es especialmente importante es que deben ser firmes. No podemos establecer unos límites y que éstos, según el día, siguiendo de una forma o de otra. Los niños necesitan tener claras las normas y las consecuencias de transgredirlas. En este sentido, es igualmente importante el cómo transmitimos estas normas y límites. Lo tenemos que hacer de forma firme y segura pero nunca en tono elevado o agresivo, ya que no surgirá más efecto que el de la norma del miedo; influyendo directamente sobre la sensación de inseguridad y autoestima de su hijo / a.


Una pregunta que me hizo una familia es, cuando deben empezar a aplicar las normas en casa. Mi respuesta fue que desde el momento de constituir el núcleo familiar. Si os fijáis, en el momento de compartir un domicilio, ya antes de que llegaran los hijos, existían unas normas, hábitos y límites de convivencia implícitos, quizás no conscientes sin embargo, que estaban. Estos límites, estos hábitos deben ser ajustados en el momento de ampliar la familia y, siguiendo una coherencia, modificados según el momento evolutivo de los hijos.


Me puede decir que todo esto es muy bonito pero que por más que lo intente, no os sale. Si este es su caso, no pasa nada, ahora os explicaré algunas técnicas básicas de disciplina, que aplicadas correctamente y sobre la conducta justa, le ayudarán a devolver la calma en casa. Si aún así tiene dificultades en reproducirlas, es importante que busque ayuda de un especialista que le dirija en su aplicación.


Los elogios


Cuando aplicamos un elogio buscamos que aumente una conducta que deseamos. Es importante que este sea concreto para que el niño / a entienda porque se le está alabando. No podemos enaltecer a la persona si no al comportamiento (¡que bueno que eres!¡que bien que lo has hecho!).


No podemos fijar objetivos muy grandes a conseguir y no elogiar los pequeños anticipos. Posiblemente, para el niño / a será un esfuerzo el modificar su conducta. Por lo tanto, premiamos con una bonita palabra cada pequeña mejora, cada pequeño paso hacia la conducta deseada. Cualquier señal física de estima ( beso, abrazo ....) será una buena recompensa. Y si elogiamos con palabras, vamos cambiando, no reproducimos siempre el mismo porque perderá su efecto positivo. Y sobre todo, si tenemos que aplicar esta estrategia, hagámoslo de forma inmediata, sobre todo con los más pequeños.


Ignorar las conductas


Cuando sucede un comportamiento inadecuado, el niño obtiene la atención de los padres. Por lo tanto, se refuerza la conducta y lo más fácil es que se vuelva a reproducir. Podemos ignorar conductas que no sean peligrosas ( correr por la calle, jugar con el cuchillo, morder o pegar, etc ). Y como todo, no podemos improvisar. Previamente debemos haber decidido que ignoraremos y que no y, tanto el padre como la madre aplicarlo. Debemos ser conscientes de que el comportamiento negativo al principio aumenta para luego mejorar. Hay que ser constante y fuerte para aguantar y, si nos cuesta, podemos subir la radio, ponernos auriculares ... lo que crea que puede ayudar a demostrar que la conducta que siesta reproduciendo no es deseada y por tanto, es ignorada. Ahora bien, en el momento de producirse un cambio en positivo, este se debe reforzar positivamente.


Las recompensas


Una recompensa es un refuerzo que daremos al niño / a ante una conducta deseable y que hará que quiera reproducirla para seguir obteniendo el reforzador.

Es importante escoger el reforzador justo y tener presente que si siempre aplicamos la misma recompensa, esta pierde su efecto. Por lo tanto, tendremos que tener un listado de posibles reforzadores para ir cambiando.

Tendremos que dar la recompensa de forma inmediata. Y sobre todo, no prometer cosas que no podemos cumplir, ni hacer cambios en la recompensa pactada sin consensuarlo con el niño / a. Sino perdería su atractivo y su funcionalidad.


Los castigos


Antes de aplicar un castigo, harén de haber fijado unas normas y unas consecuencias a los comportamientos no deseados.


Un castigo, por sé, no es válido si no va acompañado de un reforzador positivo. Si castigamos pero no mostramos la conducta deseable, este comportamiento que queremos cambiar se seguirá reproduciendo. Los niños necesitamos que les enseñamos que esperamos de ellos / as.


Si castigamos por todo y constantemente, perderá su eficacia. En cambio, si los castigos son ocasionales, sí pueden ser una boa herramienta.


El deberemos aplicar de forma inmediata, igual la recompensa, sino el niño / a, sobre todo si es pequeño, no entenderá el sentido del castigo y por tanto, perderá toda eficacia. No olvidemos que no debe alargarse en el tiempo, sino perderá la eficacia.


Una vez aplicamos el castigo, hablaremos con nuestro hijo / ay le explicaremos el motivo y recordaremos las normas pactadas previamente.

Es muy importante no amenazar si no estamos dispuestos a cumplir la amenaza y tampoco ir dando oportunidades antes de aplicar el castigo. Tendremos que ser firmes y aplicarlo tal y como se ha establecido que se haría.


Técnica tiempo fuera


Aplicar esta técnica es sacar al niño de la situación problema, por ejemplo cuando ha tenido una rabieta incontrolable.


Antes de aplicar esta técnica el niño / a debe ser conocedor de las normas de estar en el "rincón" y el anzuelo de haber avisado, para que cambie su comportamiento antes de enviarlo.


No podemos enviar al niño / aa cualquier lugar. Lo hemos de escoger cuidadosamente. Tiene que ser un lugar neutro, donde pueda relajarse y pensar. Un lugar aburrido, sin distractores, como podría ser su habitación.


No aplicaremos nunca más de un minuto por edad del niño. Por ejemplo, si tiene seis años, estará seis minutos en el rincón. Si por ejemplo, nos encontramos con mucha resistencia, avisándole sí podemos añadir minutos hasta un máximo de tres minutos más.


Si aún así existe resistencia y no cambia el comportamiento, será más eficaz cambiar la consecuencia que ampliar más minutos.

A ninguna consecuencia no le aplicaremos semanas o meses ( sin PS4, sin tv ... ) ya que pierde totalmente la eficacia. Un castigo breve es mucho más efectivo que un largo.


La sobre corrección


Por último os contaré la sobre corrección, una técnica que básicamente se centra en hacer que el niño / a deshaga el prejuicio causado con su mala conducta para luego hacerlo de la forma correcta ( por ejemplo hacerse la cama de cualquier forma , debe deshacer y hacerlo bien, o entrar en casa y tirar la chaqueta en el suelo, saldrá y volverá a entrar poniéndola bien ).


Para aplicarla bien, lo que haremos es obligar al niño / aa deshacer o corregir lo mal hecho. Después deberá practicar la conducta correcta y se lo supervisaremos de forma directa, elogiando la obediencia y la buena práctica.


Con estas técnicas básicas se puede reconducir un mal comportamiento de forma exitosa, si nos mantenemos firmes y si somos coherentes con las normas y límites que marcamos.


No podemos perder de vista que cuando hablamos con nuestros hijos / as debemos hacerlo estableciendo un contacto visual directo para asegurarnos de que nos escucha y entiende. Mi consejo es hablarle siempre desde la misma altura (nos agachamos o sentamos si es necesario) ya que eso les envía igualdad y se sienten menos intimidados (sobre todo los más pequeños). No les damos un discurso muy largo, ya que en la tercera palabra ya se han perdido. Utilizar frases sencillas, hablando con voz firme pero afable ayudará a que se mantengan conectados a nuestro discurso.


Por último, cuando el huracán haya pasado, hable con su hijo, siempre desde el corazón. Explicadle como os hace sentir su comportamiento, que espere y desea para él / ella, sin criticar su persona. Dad la oportunidad de que explique sus sensaciones y emociones. Cree y mantenga este vínculo emocional por encima de todas las cosas.

(Articulo traducido de Excepcionalment Normals 11.09.19)

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